miércoles, 1 de enero de 2014

RÍO, PINARES Y ACANTILADOS DE ROCHE (CONIL, CÁDIZ)

Presentamos esta agradable circular que comienza en el puerto pesquero de Conil, paseamos por los pinares de Roche, siguiendo siempre al río del mismo nombre, hasta la urbanización. Sin entrar en ella, enlazamos con la franja de los acantilados para volver en sentido inverso visitando cada una de las encantadoras calas (Frailecillo, Pato, Tío Juan de Mairena, del Faro…) hasta encontrarnos con la gran torre-faro de Roche y desde allí bajar al parking donde hemos dejado el coche junto a un enorme almacén de anclas.




Este sendero discurre paralelo al cauce del río Roche conectando el Puerto de Conil con la urbanización. La zona se encuentra situada en el monte público Dehesa de Roche que es Lugar de Interés Comunitario.



En varios puntos podemos apreciar perfectamente el perfil estratigráfico de las terrazas del río Roche.




En el pinar se encuentran varias formaciones vegetales, predominando el pino piñonero con matorral de lentisco. Se pueden encontrar algunos alcornoques y acebuches aislados, testigos de lo que fue la zona antes de las repoblaciones de pinos.




También aparecen arboles foráneos como el eucalipto.



En el entorno del río se encuentra una frondosa vegetación de ribera con especies como lentiscos, ruscos, jérguenes, aladiernos, cañas, trepadoras, helechos, majuelos, zarzamoras…






En este punto decidimos cruzar el río buscando la urbanización. Aún podríamos seguir avanzando sin cruzarlo y hacerlo unos centenares de metros más arriba.



Inicio del sendero de los acantilados y las calas de Roche. Predominio del lentisco, palmito, aulaga, romero, y enebro. Estas especies vegetales adoptan un porte rastrero, un tanto acostado por el envite del viento.



Una completa cartelería nos explica el proceso de recuperación de la planta estrella de la zona: el enebro costero (Juniperus oxycedrus subsp. Macrocarpa).







La primera de las calas a la que podemos bajar es a la del Frailecillo.



Cala del Pato. Todo este sector del litoral fue devastado y transformado como consecuencia del maremoto que siguió al terremoto de Lisboa de 1755.



Las bajadas a la playa nos permiten observar la columna estratigráfica de los acantilados de Roche. Los materiales son de la edad pliocena, con una cobertera cuaternaria.




Roca con la forma de pato en la cala de ese nombre.



Los bloques que encontramos al pie del acantilado proceden de desprendimientos de la parte superior al socavar las olas su base. Posteriormente el oleaje los erosionará, volviendo a minar la base del escarpe.




Cala de Tío Juan de Mairena, a la que podremos bajar por unas escaleras.



Los grandes acantilados son aprovechados por las gaviotas para reposar sobre los grandes bloques.



Faro de Roche. Ubicado en el puerto pesquero de Conil se asienta sobre una torre almenera del siglo XVI. Con una altura de 20 m lanza su luz avanza hasta 20 millas mar adentro. Más información en el blog de Manuel. Desde el faro se puede ver a lo lejos: Acantilados de la Cala del Aceite, la fuente del Gallo, Conil e incluso el faro de Trafalgar.




Puerto pesquero de Conil.




Pudimos contar por encima más de 400 anclas de tamaño y forma muy parecida.




Al regreso observamos como la marea sube por el Roche.



En cuanto a la fauna del río, desde el punto de vista ecológico destaca la presencia del fartet andaluz, fartet atlántico o salinete (Aphanius baeticus) un pequeño pez de aletas radiales, que está catalogado en peligro de extinción. Fotografía.




Ruta de 5,5 km para la que conviene reservar unas 2 h 30 min. para bajar a las calas.

2 comentarios:

Jose Manuel A.V. dijo...

¡¡El tercer tiempo baja hasta los 0 metros!! Buena elección.

Tercer Tiempo dijo...

Pues sí José Manuel, bajamos a esa precios costa atlántica gaditana que tenemos. No será la primera vez. Por supuesto sin abandonar nuestra querida Sierra.